Durante un discurso en la Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) celebrada en Santa Marta, el Presidente Gustavo Petro sorprendió al revelar un supuesto diálogo privado que sostuvo con el expresidente Álvaro Uribe Vélez, al que le habría propuesto someterse juntos a la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP).

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Petro aseguró que su propuesta no nace del odio, sino de la necesidad de priorizar la verdad histórica y buscar la reconciliación.

"Él no tenía que ser juzgado solamente porque se sobornaron testigos, sino por crímenes de lesa humanidad, masacres consecutivas y la fundación del paramilitarismo en Colombia", aseguró.

“Y no hablo con el odio, se lo dije personalmente: hermano, vamos a la JEP ambos, es la verdad lo que hay que priorizar, se lo dije personalmente, no me interesa que lo juzguen afuera, me interesa cuidarlo y a sus hijos y a sus bienes”, manifestó el mandatario.

La propuesta de "perdón social"

El Presidente indicó que su motivación es alcanzar un "acto de reconciliación" y materializar el "perdón social" que defendió durante su campaña presidencial, un concepto que, según él, fue tergiversado.

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Petro lamentó que su idea de perdón social fuera convertida en un "pacto con el narcotráfico en las cárceles, como si fuera cierto, cuando era un cura que iba a las cárceles a buscar que los victimarios no mataran a la gente desde la cárcel en las comunidades”.

La invitación de Petro al expresidente Uribe, ofreciendo incluso protección para él y su familia, marca un nuevo capítulo en las complejas relaciones entre las figuras políticas más influyentes de Colombia.